lunes, 23 de agosto de 2010

La falta de pastizales mató al Mamut

Vía El Universal:

Los mamuts lanudos se extinguieron por la escasez de prados para pastar y no por la caza intensiva del hombre o el impacto de meteorito, como se debatía hasta ahora, según un estudio de la Universidad de Durnham (Reino Unido) difundido el miércoles.

El problema de estos mamuts, que desaparecieron del planeta hace aproximadamente unos 4 mil años, tras 4.5 millones de años de existencia, fue que la fase final de la última era glacial, hace 21 mil años, les dejó en la inanición por la falta de alimento.

El mamut lanudo fue la raza más común de esta especie, que vivió por toda Europa, trasladándose progresivamente hace 14 mil años hasta Siberia, donde desapareció definitivamente.

Las razones de su extinción han planteado hasta ahora un intenso debate científico, entre quienes argumentan que fueron víctima del cambio climático, quienes defienden que sufrieron las consecuencias de una creciente población humana y quienes sugieren que murieron tras el impacto de un meteorito gigante contra la Tierra.

El profesor Brian Huntley, de la citada Universidad, aseguró que su estudio ofrece datos definitivos que deben cerrar el debate en favor de la teoría de una extinción por falta de pastos donde comer a causa del cambio climático que experimentó el planeta.

"Lo que nuestros resultados sugieren es que el clima cambiante, a través del efecto que tuvo en la vegetación, fue el elemento clave que causó la reducción de la población y la posterior extinción de los mamuts y de otros grandes herbívoros", declaró.

El equipo dirigido por el profesor Huntley elaboró un sistema de simulación por ordenador de la vegetación que había en Europa, Asia y América del Norte durante los últimos 42 mil años.

La simulación se combinó con estimaciones sobre cómo era el clima durante este periodo con modelos que mostraban la evolución de diversas plantas bajo condiciones diversas.

El resultado de la prueba fue que las condiciones climatológicas de frío y sequedad durante la era glacial, sumado a las escasas concentraciones de dióxido de carbono (CO2), supusieron un freno para el desarrollo de la vegetación y los árboles.

Esto supuso que en vez de bosques hubiera grandes zonas de pasto, ideales para las características de herbívoros como los mamuts.

El problema llegó cuando el clima se templó y se hizo más húmedo y se incrementó la presencia de CO2 en la atmósfera en el tramo final de la era glacial, lo que favoreció a los árboles y a los bosques, en detrimento de las grandes praderas.

Los investigadores de Durham fueron apoyados en el estudio por expertos del Museo de Historia Natural de Londres, la Universidad de Bristol y la Universidad de Lund, en Suecia. El trabajo fue difundido en la revista científica Quaternary Science Review.

jueves, 19 de agosto de 2010

Ave de Terror, con un pico como hacha

Noticia interesante en El Mundo, por María Rosa Tristán. No se pierdan el videito que publican allí:

El primitivo 'Andalgalonis', conocido como 'ave del terror', tenía un metro y medio de altura y un enorme pico, que utilizaba para pelear y hacerse con sus presas.

'Andalgalonis'

La descripción de este temible animal, que vivió hace entre 60 y un millón de años en Sudamérica, acaba de ser publicada por un equipo de paleontólogos argentinos y estadouniddsenses en la revista 'PLoS ONE', donde revelan que su forma de ataque le convirtió en un temible depredador.

El 'Andalgalornis' no podría volar, pero era muy ágil y atizaba certeros picotazos cayendo en picado sobre sus víctimas. Evolucionó, como otras 18 especies de 'aves del terror' o forusrácidos, en lo que entonces era una isla, pero todas ellas acabaron por desaparecer. Eran muchas las que superaban los dos metros de altura.

Aún es un misterio por qué ningún ave moderna tiene sus mismos hábitos de vida, pero al menos se conoce cómo llegaron a ser sus ejemplares más imponentes, gracias a nuevos estudios realizados con tomografías computerizadas. "Hasta ahora, nadie había intando hacer un análisis biomecánico de cómo se movía", afirama Federico Degrane, del Museo de la Plata, uno de los autores del trabajo.

Degrane considera necesario imaginar cuál era el papel ecológico de estas asombrosas aves. "Sólo así entenderemos cómo se desarrollaron los ecosistemas en Sudamérica en los últimos 60 millones de años",afirma.

El ejemplar que ha estudiado este investigador vivió hace seis millones de años, medía un metro y medio de altura y pesaba unos 40 kilos. Como en todas las 'aves del terror', tenía un enorme cráneo de 37 céntímetros, con un pico-gancho como el de un halcón.

Gracias a la tomografía observaron que el cráneo era muy rígido, cuando las aves suelen tener cráneos con cierta movilidad en los huesos. En este caso, el cráneo era muy fuerte, perse a tener el pico hueco.

Para poder estudiar sus movimientos, los científicos montaron dos modelos en tres dimensiones del 'ave del terror' y otros de un águila y un seriema, la especie de pájaro que fue su descendiente.

Varias simulaciones revelaron que su cabeza estaba adaptada para clavar el pico repetidas veces. Su fuerza de mordedura, sin embargo, era más baja de lo que esperaban encontrar, por lo que se cree que usaba los músculos de su cuello para dirigir su pico como si fuera un hacha. Una vez muerta, la presa era rasgada a mordiscos.